Recuerdo el miedo que nos acogió en su seno la ultima vez,
el mar de tus dudas y las mías junto a aquel olor inconfundible de sal,
aquella ultima mirada, como un rayo que aun, en las noches más oscuras,
atraviesa el cielo y llega al corazón,
un corazón que no late, un corazón que no siente,
un corazón que esta aferrado al recuerdo,
el recuerdo de aquella ultima mirada,
y las palabras, que fueron las ultimas.
Mas yo las olvide, como de olvidarte me olvido,
pero el no, el las tiene grabadas a fuego en lo mas hondo,
lo hondo de una vida que algún día fue y ya no.
Siento escribirte desde esta, mi dulce condena,
las palabras, que hoy disueltas por los grados,
nunca supe decirte, palabras que olvido,
palabras que siento, palabras que se cuelan y como espinas se clavan,
pues es más, donde siento ya no siento,
ya no duele, ya no espero.
Oh! mi dulce condena, tu eres lo único que me queda,
cuando el tiempo se detiene y mi voz se hiela,
Oh! mi dulce condena, tu eres lo único que queda,
si este loco, ya no es loco, mas ya no siente, ya no sufre.
Mas yo las olvide, como de olvidarte me olvido,
pero el no, el las tiene grabadas a fuego en lo mas hondo,
lo hondo de una vida que algún día fue y ya no.
Siento escribirte desde esta, mi dulce condena,
las palabras, que hoy disueltas por los grados,
nunca supe decirte, palabras que olvido,
palabras que siento, palabras que se cuelan y como espinas se clavan,
pues es más, donde siento ya no siento,
ya no duele, ya no espero.
Oh! mi dulce condena, tu eres lo único que me queda,
cuando el tiempo se detiene y mi voz se hiela,
Oh! mi dulce condena, tu eres lo único que queda,
si este loco, ya no es loco, mas ya no siente, ya no sufre.